Oraciones A San Benito Abad

oraciones a san benito

17 Ante todo desígnense uno o 2 jubilados, para que recorran el monasterio a lo largo de las horas en que los hermanos se dedican a la lectura. 10 Desde el catorce de septiembre hasta el comienzo de Cuaresma, dedíquense a la lectura hasta el objetivo de la hora segunda. 11 Tercia dígase a la hora segunda, y después trabajen en lo que se les mande hasta nona. 12 A la primera señal para la Hora de Nona, deje cada uno de ellos su trabajo, y estén listos para en el momento en que toquen la segunda señal.

3 De estos recursos tenga el abad un inventario, para comprender lo que da y lo que recibe, cuando los hermanos se suceden en sus cargos. 4 Si alguien trata las cosas del monasterio con sordidez o descuido, sea corregido, y si no se enmienda, sométaselo a la especialidad de la Regla. 4 No realice nada sin orden del abad, 5 sino cumpla todo cuanto se le mande. 7 Si quizás algún hermano pide algo sin razón, no lo entristezca con su desprecio, sino más bien niéguele razonablemente y con humildad lo que aquel pide inadecuadamente. 44 “El quinto nivel de humildad” radica en que uno no le esconda a su abad todos y cada uno de los pésimos pensamientos que llegan a su corazón y las malas acciones cometidas en misterio, sino que los confiese humildemente. 7 Sin duda alguna, aquel bajar y subir no significa otra cosa sino por la ensaltación se baja y por la humildad se sube.

Vigilia De San Benito En El Cerro De Andévalo

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2 Aunque fuesen sus padres los que le mandan algo, no se atreva a aceptarlo sin antes haber informado al abad. 3 Y si éste manda recibirlo, queda en la potestad del mismo abad el disponer a quién se lo debe de dar. 4 Y no se ponga triste el hermano a quien se lo mandaron, no vaya a ser que dé ocasión al diablo. 5 Al que se atreva a obrar de otra forma, sométaselo a la disciplina regular. 1 De ninguna forma le es lícito al monje recibir cartas, eulogias o cualquier pequeño regalo de sus progenitores, de otra persona o de otros frailes, ni tampoco darlos a ellos, sin la autorización del abad. 21 Un hermano, cuya alma esté poseída del miedo de Dios, se ocupará de la hospedería, 22 en la cual va a haber un número bastante de camas preparadas.

Oración A Santa Catalina De Siena

Hombres y mujeres libres que conocen el gozo de caminar por la vida sin sentirse esclavos de las cosas. No son los poderosos, los financieros, los tecnócratas, los enormes estrategas de la política los que van a crear un mundo mucho más humano. El monje saca la mejor luz y fuerza de la celebración de los divinos secretos, la obra de Dios por excelencia. Desciende con frecuencia de su amada montaña, siempre que puede solucionar cualquier necesidad. Sus hijos proseguirán su ejemplo, de lo que se favorecerá muy positivamente, en todos y cada uno de los campos, toda la civilización occidental.

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Y no guarde nada de todos esos bienes para sí, 25 ya que sabe que desde aquel día no ha de tener dominio no sobre su cuerpo. 23 Entonces el hermano novicio se postrará a los pies de cada uno de ellos a fin de que oren por él, y desde aquel día sea considerado como uno de la red social. 10 Ya que al monje le bastan 2 túnicas y dos cogullas, para poder mudarse a la noche y para lavarlas; 11 tener mucho más que esto es superfluo y debe suprimirse. 1 Dése a los hermanos la ropa que necesiten según el género de las regiones en que viven o el tiempo de ellas, 2 pues en las regiones frías se necesita más, y en las cálidas menos.

• 38 Tenga por seguramente, en el día del juicio, debe de dar cuenta al Señor de tantas almas como hermanos haya tenido confiados a su precaución, además, a propósito, de su alma.

7 En Tercia, Sexta y Nona del lunes díganse las nueve partes que quedan del salmo 118, tres en cada Hora. 8 Como el salmo 118 se termina en un par de días, esto es entre el domingo y el primer día de la semana, 9 el martes en Tercia, Sexta y Nona salmódiense tres cánticos desde el 119 hasta el 127, o sea, nueve cánticos. 11 Manténgase este orden de las Vigilias del domingo en todo tiempo, tanto en verano como en invierno, 12 a no ser que se levanten más tarde – lo que no ocurra – y haya que abreviar un poco las lecturas o los responsorios. 13 Cuídese bastante de que esto no ocurra, pero si aconteciere, el responsable de esta desidia dé favorable satisfacción a Dios en el oratorio. 8 Tras el cuarto responsorio empiece el abad el himno “Te Deum laudamus”. 9 Una vez dicho, lea el abad una lectura de los Evangelios, estando todos de pie con respeto y miedo.

Pero también en la 48, aclara que la ociosidad es el enemigo del alma. De ahí surge, más tarde, el lema Ora et labora − reza y trabaja− emblema de las instituciones benedictinas. Con exactamente la misma filosofía, el refranero español es muy ilustrativo− aunque, quizás sea mucho más prosaico− “A Dios rogando y con el mazo dando”.

Cuando el espíritu maligno, para aterrorizar a los frailes, les hace ver el Monasterio de Montecasino en llamas, San Benito desvanece ese prodigio diabólico haciendo exactamente la misma señal sobre las llamas fabulosas. En el momento en que sus discípulos andan interiormente agitados por las sugestiones del tentador, les indica como remedio trazar sobre el corazón la imagen de la Cruz. 9-En el momento de la muerte resguarda de todo mal, siempre que se encomienden al Padre Celestial, se confiesen y reciban la comunión o por lo menos invoquen el nombre de Jesús con profundo arrepentimiento. El Jueves Santo del 547, 21 de marzo, asistiendo a los divinos oficios, le llega la hora de la muerte.

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Alcánzanos la felicidad de soportar sus sugestiones y de escapar de toda ocasión de pecado. Tú que enseñando una vida parca, de renuncia y trabajo, aborreciste la ociosidad, inspíranos amor al trabajo y a la abnegación de nosotros mismo para seguir a Cristo. ¡Oh glorioso San Benito, que consagraste tus labios a la oración y cantaste noche y día las alabanzas divinas!

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