La mas util Técnica para Oraciones De San Benito Abad

oraciones de san benito abad

Dios Todopoderoso y eterno, Tú liberaste al hombre de Dios, Benedicto, de la prisión de la carne y lo llevaste al cielo para disfrutar de la visión de Tu gloria. Concédeme, por sus méritos, el espíritu de penitencia, el perdón de nuestros pecados, para que un día tengamos la posibilidad compartir las alegrías de la vida eterna con él y con todos y cada uno de los beatos. Te lo solicito en el poderoso nombre de nuestro Señor. Ayúdame, grandemente mi Santo Benito, a vivir y morir como un hijo de Dios apegado fielmente a sus enseñanzas, a encaminar mi vida en la tiernicidad de Su cariñosa voluntad y a alcanzar la felicidad eterna. Otórgarme la gracia de Dios mediante los favores que te solicito y que necesito para desaparecer las aflicciones de mi vida. Tu corazón siempre estuvo lleno de amor, compasión, bondad y clemencia hacia esos que se encuentran tristes, afligidos, con inconvenientes o turbados de alguna forma. Amado Padre, proveíste a tu santo monje, Benedicto, como líder y profesor en la vida espiritual para un sinnúmero de seguidores.

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¡Oh glorioso San Benito, cuya alma en tu dichosa muerte, fue elevada al cielo en la mitad de ángeles y santos, siendo consolados tus acólitos por la revelación de tu gloria! Concédenos del Señor, la felicidad de la perseverancia final, de una aceptable muerte y de tu asistencia y también intercesión en nuestro último día. La fecha exacta sobre la manufactura de la primera medalla de San Benito se desconoce. En algún punto de la historia de esta devoción cristiana se hallaron letras en la parte de atrás de la medalla. En el año 1647, unas mujeres fueron juzgadas por hechicería, y en el proceso declararon que no habían podido dañar el monasterio de los benedictinos pues se encontraba protegido por el signo de la santa Cruz. Se buscó entonces en el monasterio de Metten y se encontraron pinturas antiguas con representaciones de esta cruz, con la inscripción que se explicará más abajo.

Protégenos amado San Benito, del abuso de las drogas y el alcohol, de los vicios perjudiciales para nuestra salud, de la impureza y la inmoralidad, de los pensamientos impúdicos, de las malas compañías y de las reacciones negativas. Ayúdame contra los pésimos deseos de otros, sobre todo de la envidia de aquellos que solo procuran mi dolor y que yo no alcance mis objetivos. En el nombre de Jesús, por su preciosa sangre, te lo solicitamos. Oración de San Benito para soliciar fe ante los riesgos. y contra toda la predominación del mal y de todos los peligros que asechaban su historia.

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La crónica de San Benito nos comenta que fue el patrono de los exorcistas. El mismo animal llego a san Benito con un trozo de pan envenenado en su pico merced a este animal se convirtió en uno de sus símbolos que transporta la medalla tal como la serpiente en la copa. Haciéndote Libre como la palabra del señor Jesucristo dicta y también indomable como la fe por él que en todo momento hace Milagros a nuestro favor trayendo bendiciones a nuestra vida cada día. “¡Oh, Santurrón Padre Benito, que ayudas a cuantos asistimos a ti! Acógeme bajo tu protección; defiéndeme de todo mal que aceche mi vida; obtenme la felicidad del arrepentimiento de mi corazón y una auténtica conversión para arreglar las culpas cometidas, y para alabar y glorificar a Dios todos los días de mi vida. San Benito Abad es el fundador del orden de los Benedictinos y redactor de la Regla que funciona la vida comunitaria de los monjes desde el Concilio de Letrán, en 1215. Es esencial comprender que San Benito se retiró como ermitaño para no apartar su corazón y su alma de Cristo, conque, por esta razón, rezar a San Benitoes fuente de muchas gracias hoy en dia.

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• Tu iglesia lúcida, Señor, el espíritu que animó a nuestro Beato Padre Benito a ser un santurrón atractivo.
• Ayúdame, grandemente mi Beato Benito, a vivir y morir como un hijo de Dios apegado fielmente a sus enseñanzas, a dirigir mi vida en la dulzura de Su amorosa voluntad y a alcanzar la alegría eterna.

jamás has despedido sin consuelo y asistencia a cualquier persona que haya recurrido a ti. Por ende, invoco tu poderosa intercesión, con promesa y confiado en que tú vas a escuchar mis oraciones y me alcanzarás la felicidad especial y favor que tan con seriedad te imploro , si es para la más grande gloria de Dios y el bien de mi alma. Ayúdame, Oh enorme San Benito, vivir y fallecer como un hijo fiel de Dios, que sea siempre y en todo momento sumiso a Su santa intención, para lograr la felicidad eterna del cielo.

Nos inundaste con el esplendor de tu luz lleno como estaba el espíritu de todos y cada uno de los justos. En el profundo resplandor de esta luz, su mente se liberó de los obstáculos y fue con la capacidad de discernir qué incompletas son todas y cada una de las cosas aquí abajo. Querido San Benito, doy merced a Dios por haberte colmado de Su gracia para quererle por encima de todas las cosas y para establecer una regla monástica que ha ayudado a tantos de Sus hijos a vivir vidas plenas y santas. Por último, la santidad de Benito atrajo a los discípulos y, transcurrido un tiempo, se establecieron doce pequeños monasterios en torno a Subiaco, con Benito como el padre espiritual de todos .

Su trato con todos era extremadamente amable y bien educado. Estando creando el monasterio, se vino abajo una gran pared y enterró a entre los acólitos de San Benito. Este se puso a rezar y mandó a los otros monjes que removieran los escombros, y bajo todo apareció el monje sepultado, sano y sin lesiones, como si hubiese sencillamente despertado de un sueño. TERRIBLES TENTACIONES.Al joven Benito le llegaron espantosas tentaciones impuras. A su imaginación se le presentaban escenas más corruptas y le llegaba el recuerdo de determinada mujer que había visto hacía tiempo y sentía toda la fuerza de la pasión. Rezaba y pedía ayudas al cielo, y al fin en el momento en que sintió que ya iba a consentir, se lanzó contra un matorral lleno de punzantes espinas y se revolcó allí hasta que su cuerpo quedó herido y lastimado.

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